¿No habéis probado maridar Tarongino con ostras? ¿Cómo puede ser que os estéis perdiendo una de las mezclas de sabores más armónicas?
El caso es que Tarongino tenia que dialogar, por necesidad y definición con las ostras. Ambos productos tienen en el mar su espacio o su referente. Tarongino es una esencia del mar de las civilizaciones, del Mediterráneo y ya se producen ostras que concentran las esencias del Mediterráneo.
¿Produce el Mare Nostrum ostras de calidad?
Conocéis la fama de las ostras atlánticas. Sin embargo, ya hace años que son apreciadas las de las costas dálmatas, en Croacia y Bosnia. Pero, des de que fue autorizado su cultivo por la Generalitat Valenciana en 2011, la gastronomía cuenta con un nuevo y sorprendente protagonista: “l’Ostra de València”. Se producen en el Puerto de Valencia. Con una gran acogida por parte del mercado y de la alta restauración, las comercializa la empresa Deltimussel, bajo el nombre comercial “Les Perles de València”.
¿Sólo se pueden consumir acompañadas de vino blanco?
Tradicionalmente se asocia el vino blanco con los pescados y mariscos. Su menor cuerpo lo habilita como compañero ideal de aquellas comidas más ligeras y que necesitan menos potencia para ser digeridas. Fue en pleno siglo XVIII, cuando la burguesía francesa inicia una carrera ascendente a nivel social y, además deseaba y necesitaba sofisticarse y manifestar su “délicatesse”, cuando se inicia la combinación de las delicadas las ostras con el fino vino.
¿Puede ocupar Tarongino el espacio del vino?
No se trata de disputar con una u otra bebida y contraponerlas. Simplemente, Tarongino se asocia a las mil maravillas con las ostras. El fuerte sabor amargo (a causa del yodo) y salado de las ostras se armoniza sutilmente con los tonos afrutados, pero secos, frescos y delicadamente ácidos de un Tarongino bien frío. Ese primoroso enlace regala una de las sensaciones más exquisitas que los sibaritas apreciáis. Tarongino en sus tres variedades de Naranja, Mandarina y Sanguina crea con “les Perles de València” el maridaje más seductor, elegante y exquisito entre un alimento y una bebida.
“Un penetrante retazo de mar, con todas sus algas y sus brisas (…) Estás comiéndote el mar y nada más que el mar, aunque algún tipo de encantamiento haya hecho desaparecer la sensación de beber un trago de agua salada».
Clark, E., “The Oysters of Locmariaquer”
Podéis saber más de «Les Perles de València» en este enlace https://www.lesperlesdevalencia.es/
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